«House of the Dragon»; La relación entre maternidad y violencia

House of the Dragon es la serie precuela del éxito de HBO, Game of Thrones. Nos cuenta la historia de «La danza de dragones», la disputa entre dos facciones de la casa Targaryen por decidir quién es el heredero legítimo del trono de hierro. La historia original ya nos presentaba un conflicto que culmina con la confrontación entre dos personajes femeninas fuertes, Cersei y Daenerys.

Del mismo modo, la nueva entrega continúa sobre la misma línea con las personajes de Rhaenyra y Alicent. Además, otra característica en común que comparten estas personajes es la maternidad; no obstante, en House of the Dragon, este tema se posiciona hasta el frente de la narrativa.

La madres de Canción de hielo y fuego

La maternidad es un factor fundamental para la construcción de algunas de las personajes femeninas dentro del mundo fantástico creado por George R.R. Martin, sean madres o no. Por ejemplo, en Catelyn Stark, Cersei Lannister y Daenerys Targaryen podemos ver cómo la maternidad es causa de dolor, angustia y tragedia. No obstante, la primera se retrata como una madre protectora y cálida, cuyas características nos remiten al hogar. En contraste, las últimas dos son instancias de una maternidad monstruosa.

Las similitudes entre Cersei y Daenerys

Es decir, Cersei se presenta como una mujer despiadada, que debe aprender a jugar el juego de tronos en favor de la supervivencia de sus hijos. De manera similar, los hijos de Daenerys son literalmente criaturas monstruosas; tres dragones llamados Drogon, Rhaegal y Viseryon. Además de luchar por protegerlos, al ser los primeros dragones en nacer después de cientos de años, no duda en utilizar su poder como arma para ganar su batalla por el trono de hierro.

También es importante mencionar que los hijos de Cersei (Joffrey, Myrcella y Tommen) son producto del incesto, lo cual también les atañe cierta monstruosidad comparable a la de los dragones de Daenerys. Otro aspecto a resaltar de sus historias es que ambas perdieron a sus hijos primogénitos. En el caso de Cersei, aquel que tenía cabello oscuro, como su esposo Robert Baratheon; y, en el de Daenerys, su hijo humano con Khal Drogo.

Así, a sus cuerpos también se les atribuye cierta monstruosidad al no haber sido capaces de darles vida a hijos legítimos, como sí lo hizo Catelyn. De hecho, la segunda comparte algunas características monstruosas con sus hijos, como la habilidad de resistir el calor del fuego sin quemarse. Por esto, la maternidad monstruosa de ambas es producto de horror para el resto de los personajes e, incluso, representa una amenaza.

Maternidad en Game of Thrones

Es así que la maternidad en Game of Thrones está plagada de dolor, angustia y tragedia para aquellas que la experimentan, aunque también las provee de respeto y poder. Es decir, Cersei logra ascender al trono gracias a sus hijos y Daenerys busca arrebatárselo de la misma manera. No obstante, como ya es costumbre dentro del mundo de Canción de hielo y fuego, las personajes femeninas deben atravesar por grandes cantidades de dolor y sufrimiento, en este caso provocados por la maternidad, para obtener un nivel de agencia apenas comparable al de sus contrapartes masculinas.

Las madres de House of the Dragon

Desde el primer episodio de la precuela de Game of Thronesse hizo evidente que la serie pondría a la maternidad como tema principal. En una escena, por ejemplo, vemos a la protagonista decirle a su madre embarazada que todos están preocupados por el bebé y no le ponen atención a la que lo lleva en el vientre, a lo que ella responde que crear herederos es el deber de una mujer en la corte.

Después, en una de las secuencias más controversiales de la franquicia, vemos a Aemma sufrir mientras da a luz al primer descendiente varón del rey Viserys y escenas del parto se sobreponen a las de un torneo que se lleva a cabo en honor al nacimiento de su hijo. Al final, ella muere desangrada y el bebé no sobrevive más que unas cuantas horas más. En otro episodio, Rhaenyra le dice a su tío que su mamá «tuvo y tuvo hijos hasta que eso la mató», lo que resultó en un rechazo por su parte a la maternidad.

Rhaenyra y Alicent

Con este preludio, la serie establece el ser madre como una violencia impuesta sobre las mujeres. Esta semana se estrenó el sexto episodio de House of the Dragon, que comienza mostrándonos a Rhaenyra dando a luz a su tercer hijo. Cuando la ardua labor, por fin, concluye, es convocada por Alicent, la reina y esposa de su padre, quien exige ver al bebé de inmediato. La princesa, entonces, debe recorrer la fortaleza roja completamente exhausta, con su hijo en brazos y sangrando de la entrepierna, para cumplir la demanda.

Tanto para Rhaenyra como para la audiencia, este es un acto de agresión por parte de Alicent, cuya maternidad también fue forzada; es decir, fue manipulada por su padre para casarse con el rey y tener herederos al trono varones. En otra escena, vemos a la protagonista alzando a voz frente al consejo de su padre optando por la diplomacia, sólo para ser callada por Alicent, quien señala la leche que sale de sus pechos y mancha su vestido. Esta acción también se muestra como violenta, ya que fuerza a Rhaenyra a tomar asiento y la avergüenza frente a los hombres que la observan.

La maternidad en House of the Dragon

De este modo, la maternidad en House of the Dragon representa para las protagonistas lo opuesto al empoderamiento que veíamos en Game of Thrones. Rhaenyra ya era una princesa empoderada y legítima heredera antes de ser madre, pero convertirse en una la alejó del trono de hierro. Así lo indica el final del episodio cuando la vemos huir a Dragonstone dadas las sospechas de la corte real de que sus hijos no son de su marido, Laenor Velaryon. Además, el hecho de que Alicent se convirtiera en la pareja de su padre, terminó con la amistad que existía entre ambas.

También es importante mencionar la escena en el segundo capítulo en donde Daemon discute con una trabajadora sexual. Esto dado que él mintió diciendo que ella está embarazada de él. Sin embargo, para ella, eso representaría un impedimento para su libertad individual. Así pues, el convertirse en madres representa para las mujeres de House of the Dragon la pérdida de agencia, tanto de sus vidas como sobre sus cuerpos, y un impedimento para alcanzar sus ambiciones personales. 

¿Buena representación?

Mucho debate se ha generado alrededor de la representación de personajes femeninas dentro de la popular franquicia de HBO. Los creadores de House of the Dragon intentaron alejarse de los retratos explícitos de violencia sexual para dar paso a una mirada más humana a las protagonistas. He de darle lugar a las críticas que señalan cómo mostrar partos tortuosos en cámara es en sí mismo una forma de violencia, pues debemos escuchar a aquellas madres que sienten angustia al ver esta clase de escenas en pantalla.

No obstante, la violencia representada en ellas no es gratuita. Tiene un efecto, el cual es transmitirle al espectador la angustia y el sufrimiento de las personajes. Existen pocas instancias, tanto en el cine como en la televisión mainstream, que no ofrezcan una mirada endulzada de la maternidad. Nadie nos dice lo dolorosa que puede llegar a ser ni la manera en la que consume totalmente la vida de la madre. Creo, así, que esta clase de narrativas son necesarias y que House of the Dragon es un buen primer escalón para encontrar métodos más variados para contarlas.

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