Sundown: Secretos en Acapulco (2021) de Michel Franco

El cine de Michel Franco es de cocción a fuego lento, se toma el tiempo necesario para ir transitando a través de los impredecibles caminos de sus tramas. El director mexicano es un provocador innegable además, exponiendo temas que raspan a las buenas conciencias: el bullying hasta sus últimas consecuencias en Después de Lucía (2012); el incesto inesperado de Daniel y Ana (2009; el drama de la vejez en Chronic (2015); la maternidad depresiva de Las hijas de Abril (2017) y la incendiaria división de clases sociales en Nuevo orden (2020). Sus personajes transitan en entornos regularmente salpicados de violencia y muerte, viviendo al límite de la cordura, mientras experimentan una nostálgica introspección que revienta en apoteosis serenas, pero no por ello menos brutales.


En Sundown: Secretos en Acapulco (2021), Michel Franco recluta a Charlotte Gainsbourg y Tim Roth para adentrarlos a las entrañas de ese otrora paraíso turístico. Cuando la película arranca, el protagonista Neil mira fijamente unos peces que están muriendo, en un claro reflejo de su propia condición y de la eventual conexión con el mar en el último plano del filme. El Acapulco en donde la millonaria familia británica Bennett pasa sus días vacacionando es un lugar falso, una burbuja de lujo de un México que no existe. Luego de esconder su pasaporte para evitar regresar a Inglaterra con su familia, Neil se internará en el verdadero Acapulco, el de la violencia latente, con militares en las playas y sangre a la orilla del mar.


Existe un motivo muy poderoso por el que Neil decide permanecer en medio del folclor acapulqueño, conviviendo muy de cerca con sórdidos personajes con los que jamás se habría cruzado de no ser por esa impostergable necesidad de estar cerca del mar, lejos de su familia y del imperio porcino del que es heredero. Eventualmente conocerá a una joven con la que conectará tanto emotiva como sexualmente, el símbolo de una posible cura a su aflicción. Después de pasar por los horrores de una prisión guerrerense y alucinar con puercos que invaden el plano, Neil avanzará hasta el verdadero motivo de su estancia en las inmediaciones de la playa Caleta: cuando no se tiene nada, perderlo todo ya no tiene importancia.


La cámara de Michel Franco se regodea capturando atmósferas opresivas, pero no menos cautivantes; se nos muestra el Acapulco que nadie quiere conocer, el de los asesinatos a plena luz del día, inmundas prisiones y hoteles baratos, los lugares que nada tienen que ver con el lujo de los resort all inclusive donde todo resulta paradisiaco y luminoso. El cineasta afirmó que siempre había deseado filmar una película en Acapulco, donde una vez más la tensión entre clases sociales y la violencia fueran los detonantes de la trama. Pero además, Franco pasó por una crisis existencial al llegar a los 40 años, preguntándose acerca de la muerte y los intrínsecos senderos de la vida. En Sundown: Secretos en Acapulco, el personaje interpretado por Tim Roth transmite exactamente esas dudas existenciales mientras permanece tranquilo ante un Acapulco feroz que parece querer devorarlo. Para Neil, el puerto es un monstruo mexican curious que no puede lastimarlo más.

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