‘Rudderless’ (2014) de William H. Macy: Música y desolación.

Take a breath and count the stars

Let the world go round without you

If you’re somewhere you can hear this song

Sing along

 

El último plano con el que William H. Macy decide cerrar su ópera prima Rudderless (2014) es de una aflicción intensa, punto final a una película que se convierte en un homenaje a la música y el dolor de los daños colaterales de ese núcleo social siempre tan inestable como lo es la familia. El encuadre final queda vacío por largos e incomodos segundos de silencio, con solo un micrófono como testigo de la desolación que la pérdida, la culpa y el perdón provocan en el ser humano.

Sam Manning (Billy Crudup) es un profesionista exitoso en ascenso, pero el mundo alrededor se quiebra cuando su hijo Josh (Miles Heizer) muere trágicamente en un tiroteo en la universidad donde estudia. Sam se hunde en la miseria del alcoholismo y la soledad viviendo en un yate, alegoría de una vida que se desploma sin remedio. Un día es visitado por su exesposa Emily (Felicity Huffman), quien confronta a Sam y le entrega cajas con las pertenencias de Josh. Sam descubre entre los triques una guitarra y el cuaderno con canciones escritas por su hijo, acto que provoca una reflexión sobre lo poco que se conocían y el tiempo perdido debido al exceso de trabajo.

El protagonista se anima paulatinamente a interpretar esas melodías en un bar local donde conocerá al joven Quentin (Anton Yelchin), interesado en la música y quien también carga con problemas dentro de su familia. Estos dos hombres quebrados, iniciarán una banda que funcionará como catarsis ante las tribulaciones que los oprimen; justo antes de un concierto de alta importancia, aparece en escena Kate Ann (Selena Gomez), exnovia de Josh con una perturbadora revelación. Sam solo podrá salir avante de la depresión y la pena por medio de la música, el dolor convertido en arte.

William H. Macy ofrece un paseo por la América profunda de los bares country, clubes de yates y los siempre lamentables tiroteos escolares. Pero en Rudderless la relevancia no radica en el evento trágico, sino en los efectos de esa violencia imprevista en los seres humanos vinculados: padres, hermanos, maestros y comunidades enteras sufren los estragos de una masacre provocada por psiques volubles, donde el bullying, la violencia intrafamiliar o simplemente la locura, explotan en eventos cargados de misantropía. El cineasta y también actor Macy, pulió el guion junto a Jeff Robison y Casey Twenter, comenzando a rodar en abril de 2013 en las ciudad de Oklahoma y Guthrie, finalizando el 26 de mayo del mismo año.

En esta pequeña joya de cine independiente, respaldada por The Samuel Goldwy Company, puede respirarse un tufo irremediable al cine de los Hermanos Coen y Paul Thomas Anderson, cineastas que le han dado a William H. Macy los papeles más memorables de su carrera y de los que existe influencia en Rudderless, principalmente en la estética, movimientos de cámara y psicología de personajes.

De forma orgánica, Macy avanza en una historia que no romantiza la tragedia, sino que enfrenta al espectador con el dolor absoluto de perderlo todo y tener que seguir adelante. ¿Cómo se supera una pérdida? ¿Cómo se termina enterrado en alcohol ante la pesadumbre? Esa sustancia, como bálsamo falso que solo cura momentáneamente el calvario, resulta una compañía peligrosa en tiempos de extremo quebranto. Sam Manning acude a su tienda de conveniencia por dos enormes botellas de whiskey para aliviar su dolor, sin saber que quedará prendado por años al vicio, perdiendo poco a poco su vida entera.

Estrenada en el Festival de Cine de Sundance en 2014, Rudderless tiene un elemento que la hace única: las canciones compuestas por Eef Barzelay, músico israelí-estadounidense cantante de la banda de country alternativo Clem Snide. Se trata de melodías empapadas de nostalgia, que consiguen dar estructura y emotividad a la historia que se narra, destacando Sing Along, canción que al principio parece el estremecedor grito de ayuda de una mente aturdida y después, se vuelve el himno de un padre a la memoria de su hijo. “Lo que se ha perdido no será reemplazado. Lo que se ha ido no será olvidado. Desearía que estuvieras aquí para cantar conmigo.” Hagan lo que hagan, los hijos no dejan de serlo nunca, sus acciones tocan inevitablemente las vidas de sus padres, para bien o para mal.

El gran Billy Crudup ofrece una actuación memorable como Sam Manning, quien transita de la algarabía inicial del éxito a la oscuridad de la adicción, de la felicidad que provoca la creación musical, a la melancolía de una existencia que no encuentra sentido. Cuando Crudup interpreta en el escenario del pequeño bar The Trill, son sus ojos los que transmiten las ansias de sanar y vivir de su personaje. A Sam le urge reponerse para continuar, pero no sabe cómo. Los eventos que se van revelando, pareciera que solo oscurecen más su triste destino.

Pero en la última secuencia está escondido un atisbo de esperanza: Sam canta y va sanando, mientras el espectador es testigo de cómo cambió las vidas de las personas con las que se cruzó a lo largo de los 105 minutos de metraje. Ahora le corresponde a él seguir adelante. En el último plano del que se hablaba al inicio del texto, Sam termina la canción y con mirada afligida se levanta para continuar con su vida. El optimismo de un final feliz se diluye ante la existencia abrumadora.

En Rudderless la importancia de la música como catalizador del abatimiento se vuelve medular; el arte, que salva al ser humano del abismo. La película de William H. Macy se vuelve entonces una bella invitación a transformar el dolor en disciplina artística, desde un punto de vista atípico: un padre que ama intensamente a su hijo a pesar del caos generado por imprevisibles acciones.

Rudderless está disponible en la plataforma Prime Video.

Director: William H. Macy

Guión: Casey Twenter, Jeff Robison, William H. Macy

Fotografía: Eric Lin

Año: 2014

Duración: 105 minutos

País: USA

Reparto: Billy Crudup, Anton Yelchin, Felicity Huffman, Selena Gomez, Laurence Fishburne, William H. Macy

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