La furia de Silvina Ocampo

Foto: Aline Viana Prado

La furia de Silvina Ocampo; una joya escondida de la literatura fantástica

Leí el cuento “La furia” de Silvina Ocampo debido a que, mientras estaba en el instituto, debíamos leerlo, pero al final el calendario escolar no lo permitió; aunque, eso no me impidió buscarlo, por fin leerlo y descubrir a una autora de la cual se habla muy poco en los espacios dedicados a la literatura. De hecho, cuando se habla de ella y sus obras, siempre hay dos bandos; por un lado, los que aman su trabajo y por el otro, quienes lo odian en absoluto.

Con ello, el cuento que le da nombre a su antología no se salva de esta división. Originalmente, la antología de cuentos iba a llamarse “La liebre dorada”, el cual es el primer cuento de la antología y es considerado el favorito de muchos lectores, incluso de la propia autora; sin embargo, se sabe que la autora se decidió por el nombre de “La furia y otros cuentos” por recomendación del escritor Jorge Luis Borges. Entonces, ¿por qué hacer de este cuento, la “historia principal” y no la otra? ¿Qué es lo que muchos encuentran valor en este cuento y otros no?

El uso del lenguaje enigmático

La furia de Silvina Ocampo

Todos los cuentos de la antología, (publicada en 1959), entran en la categoría de literatura fantástica, específicamente en el género del realismo mágico; donde para que este sea veraz debe cumplir con varios elementos de carácter esotérico, siendo el cuento el formato literario más flexible para dar resultados de naturaleza fantástica. Dado que recordemos que las grandes obras de la literatura fantástica tienen carácter heurístico (el arte de inventar) y enigmático (manejar significados ocultos); dando como resultado en que las casualidades mágicas traten de dar respuesta a nuestras angustias o dudas complejas de nuestro mundo, el real.

Por lo tanto, escribir historias, ya sean en novelas o en cuentos, con lenguaje heurístico no es complicado. En realidad, como escritora de cuentos de fantasía, puedo decir que esa es la parte fácil; pero cuando llegas a la parte donde debes construir tus argumentos como enigmas y que el propio lector lo entienda como uno, ahí está el reto.

Es ahí cuando un escritor debe decidir si usar enigmas sencillos o complejos, al mismo tiempo que los maneja con cuidado y en el caso de Silvina, me atrevo a decir que ella sabe alternar entre sencillo y complejo.

Cuando ser sencillo y ser complejo

Porque lo simple puede decir más que lo complejo y puede perdurar en la gente por más tiempo, eso lo podemos notar en los cuentos clásicos; aunque, si no manejas bien la simpleza, puedes provocar en no dejarle nada que averiguar al lector. Por ejemplo, una historia que maneja bien los enigmas aparentemente simples pero con poesía y profundidad es “La historia interminable” de Michael Ende, mientras que “La sirena” de Kiera Cass no logra en absoluto este cometido.

Con ello, varios escritores piensan que la salida fácil es usar enigmas complejos. Sin embargo, uno debe tener cuidado para que estos no lleguen a ser pretenciosos, pues, eso provocará historias vacías; pues la dificultad radica en desempeñar bien la dialéctica entre el bien contra el mal y la visión de la realidad y la realidad secreta del cuento. Siendo el caso de “La ladrona de tomates” de Úrsula Vernon; una obra cuyo argumento sencillo maneja enigmas complejos que motivan al lector a formar parte del relato al mismo tiempo que dejarle algo que aprender o descubrir. En cambio, The King. Il Re Nero de Mark Menozzi es un ejemplo de novelas de fantasía que tienen conceptos innovadores pero acomplejan tanto sus enigmas que al final se sienten huecas.

Ahora, en el caso de la antología de “La furia” de Silvina Ocampo, muchos autores debaten sobre como utiliza los enigmas comunes de los cuentos. En mi parecer, ella juega con ambos extremos, desde los sentidos simples hasta lo complejo, por lo que sus historias usan elementos que cualquiera puede entender; y a su vez juega con los sentidos exotéricos y esotéricos del significado de las palabras, imágenes o símbolos populares o comunes, para darles más de un sentido literal.

La furia de Silvina Ocampo

Sinopsis en cuestión

La Furia trata sobre Octavio, el narrador y su relación con una niñera perversa Winifred, que cuida un niño, Cintito, quien es el resultado de la locura de dicha mujer; y para dificultar las cosas, Octavio se enamora perdidamente de Winifred, pero dicha situación despertará una temible furia en él que, quizás, ya estaba ahí sin saberlo.

Para hacerte más una idea del tipo de historia con la que vamos a tratar, este es el inicio de la historia.

«Por momentos creo que oigo todavía ese tambor. ¿Cómo podré salir de esta casa sin ser visto? Y, suponiendo que pudiera salir, una vez afuera, ¿cómo haría para llevar al niño a su casa? Esperaría que alguien lo reclamara por radio o por los diarios. ¿Hacerlo desaparecer? No sería posible. ¿Suicidarme? Sería la última solución. Además, ¿con qué podría hacerlo? ¿Escaparme? ¿Por dónde? En los corredores, en este momento, hay gente. Las ventanas están tapiadas.

Me formulé mil veces estas preguntas a mí mismo hasta que descubrí el cortaplumas que el niño tenía en la mano y que guardaba de vez en cuando en el bolsillo. Me tranquilicé pensando que podía, en última instancia, matarlo, cortándole, en la bañadera, para que no ensuciara el piso, las venas de las muñecas. Una vez muerto lo colocaría debajo de la cama.

Para no volverme loco saqué la libreta de apuntes que llevo en el bolsillo, y mientras el niño jugaba de un modo inverosímil con los flecos de la colcha, con la alfombra, con la silla, escribí todo lo que me había sucedido desde que conocí a Winifred

El horror legítimo

Cuando hablamos de historias de terror, la cultura popular siempre nos recuerda a autores masculinos, tales como Edgar Allan Poe, Oscar Wilde o el mainstream Stephen King. Pues para muchos críticos literarios, solo el “buen” terror viene de mentes masculinas, pero no hay que olvidar a grandes autoras del terror como Mary Shelly, Patricia Briggs y Anne Rice; por lo cual, se sabe que el terror no es exclusivo de un género, sino del estilo de cada escritor o escritora e incluso todo del propio lector.

La furia de Silvina Ocampo

Aunado a esto, al igual que la comedia, el terror es tanto o igual de subjetivo que la comedia, incluso todavía más; pues, en palabras del propio Allan Poe en su prólogo de su antología Cuentos de lo Grotesco y lo Arabesco (1840): “el horror legítimo viene del alma y sólo arrancándoselo de allí, puede llevárselo a sus legítimas consecuencias”, (Romera Rozas, R. 1997). Así, el reto no es solo en cómo escribes estos temas o que temas crueles abordas, sino cómo el autor y lector empatizan con aquellos terrores.

Y en este caso, Silvia logra que nos identifiquemos con el miedo de ser el blanco de furia de cualquier persona mentalmente inestable; además, de no romantizar estas actitudes o manejarlos con suavidad, sino aprender a identificarlas y temerlas con seriedad, para demostrarnos que no hay belleza en la furia. Quizás, es por ello que por lo que muchas personas se echan para atrás con esta historia especialmente, es sobre sus cuestionamientos éticos; pero, en mi opinión, aquellos que dice no identificar los cuestionamientos éticos de las mentes de ambos antagonistas, ya son argumentos ambiguos.

Ya que, en aquel entonces explorar lo que provoca una mente dañada o conocer las perspectivas de antagonistas era territorio poco explorado; ahora, esto ya es bastante normal de incursionar y se han tratado con elegancia, especialmente en el mundo de los cómics, mangas, novelas gráficas y en el cine. Por lo tanto, es una obra artística pionera en este sentido, resultando en saber lo que es vivir en un ambiente tenebroso sin salida u oportunidad de alivio.

Múltiples interpretaciones

Advertencia de spoilers. Esta historia tiene diversas teorías, pues parte desde lo cotidiano o superstición popular hasta tener elementos fantásticos ocultos, la mayoría bastante aterradores. Empezando por lo obvio, con Winifred con sus “alas de ángel”, siendo estos asociados comúnmente con la pureza o inocencia; por otro lado, se puede interpretar que la muerte de su amiga, es una pérdida de la inocencia, cae al infierno. Y con la presencia de las serpientes cada vez que le hacía bromas a su amiga, se avisa que sus actos tendrán consecuencias. Ahora tiene que vivir con ellas.

Otro significado que podemos encontrar es la inversión y subversión de la normalidad, exactamente en los roles de género. Primero, Winifred, quien al inicio es traviesa y tosca pero tras ese incidente, su culpa autoinfligida, la lleva a desquitarse con los demás peros sin perder su humanidad; mientras que Octavio, aparenta ser calmado y educado, pero al creer que Winifred lo manipuló y lo abandonó con Cintito, fácilmente sucumbe ante la furia. Así como jugar con la simbología del fuego: la ira, pasión, fuerza y búsqueda de la libertad de impulsos y las consecuencias de éstas. Por ende, la propia Winifred tiene diferentes interpretaciones; por un lado, la mirada conservadora como villana al ser “un objeto que provoca a Octavio”, y por el otro, verla como víctima de sus circunstancias sin oportunidad de redención.

En cambio, Octavio puede tener otras interpretaciones; por ejemplo, al ser el narrador principal, en realidad estamos explorando su obsesión y que el como no se arrepiente de sus acciones, siendo el antagonista real. Hace lo que Winifred le pide para “complacerla”, con tal de poseerla, pero cuando cree que ella lo ha “utilizado”, la considera como una malvada; la “justificación” de su ira. Él es la personificación de la falta de arrepentimiento, el arrebato, la falta de control y paciencia que asesina la inocencia, una vida, Cintito.

La furia de Silvina Ocampo
“Estar en el paraíso equivale a lograr la felicidad; pero siempre llega la serpiente y uno la espera.”

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Y otros cuentos

No obstante, es cierto que cuando se habla de antologías de cuentos, es difícil mantener la marca, o sea, que todos tengan el mismo tono o calidad. Dando como resultado que, tanto autores como lectores tengan sus obras preferidas y que ambas partes consideren que no todos los cuentos están a la misma altura; si hablamos de comparación de entre cuentos. Así, un factor importante de los cuentos es el elemento sorpresa, ya sea su final o algún plot-twist en la trama, puede perder su efecto si es constante.

Recordemos que su obra es una antología de 34 cuentos, eso significan 34 universos, más de 34 giros argumentales y más de 34 personajes individuales y orgánicos; así que, tenemos que reconocer el enorme mérito de este trabajo y solo porque un solo cuento no te gustó, no es justo desacreditar a todos los demás. Algunos cuentos que les han gustado a muchos lectores son “Los sueños de Leopoldina”, “El castigo”, “El sótano”, “Mimoso” y “La boda”. Y cada uno vale la pena explorar.

Mientras tanto, no considero a La Furia como el peor cuento de Silvia, como muchos, pero tampoco el mejor, dado que es difícil elegir entre tantos; aunque es de las pocas obras que hablan de mitología, tiempo, significado del infierno y Dios, la venganza o el futuro con elegancia y solitud.

Silvina Ocampo fue una cuentista más que notable cuya figura se eleva, por sí sola, por encima de su círculo más cercano. (… ) Su capacidad para crear un mundo absolutamente personal e identificable para el lector, su ambición por moverse, tanto en el fondo como en la forma, en la difusa frontera entre la literatura «convencional» y la literatura «de vanguardia» (signifique esto lo que signifique) o su plena vigencia, de la que es muestra la innegable influencia ejercida sobre algunas de las autoras de relatos más en boga en la actualidad.” (Cf, Koldo. 2019).

Me acuerdo de mis plumas de ángel, cuando era chica

En conclusión, como buen cuento tiene su moraleja, y la moraleja de La furia es que hay que tener cuidado con ella, porque está bien explorar nuestras emociones; así comprender el origen de nuestra ira y aprender a domarla, porque, de lo contrario, padeceremos males físicos y espirituales, como Winifred. En cambio, si no aprendemos a apaciguar la ira, como Octavio, no solo causaremos grandes daños, sino que nos condenaremos y el pasado no puede revertirse. La furia de Silvina Ocampo, es quizás, de esos cuentos que por su extensión no parece cuento, pero yo lo recomiendo a quien sea que quiera leer algo nuevo; especialmente de una escritora tan infravalorada como Silvina.

Lo único que puedo decir acerca de Silvina Ocampo es que merece la pena ser leída. Es triste que ya casi no se conozcan sus antologías de cuentos.” (Diana, 2018).

La furia de Silvina Ocampo
«Por no provocar un escándalo fui capaz de cometer un crimen».

Referencias bibliográficas

  • Anon, Araceli. (2020, Mayo 31). LA FURIA Y OTROS CUENTOS. SILVINA OCAMPO – UN LIBRO ABIERTO. WordPress; Un Libro Abierto.
  • Castillo, A. (2018). Sobre “La Furia” de Silvina Ocampo (El Grillo de Papel-1960) | La Máquina del Tiempo. La Máquina del Tiempo.
  • Cf, Koldo. (2019, Diciembre 1). Un libro al día: Silvina Ocampo: La furia y otros cuentos. Blogger; Un Libro al Día.
  • EcuRed. (2018, Septiembre 18). La Furia (Libro) – EcuRed. EcuRed.
  • goodreads. (2010). La furia by Silvina Ocampo.goodreads.com; goodreads.
  • Miller, A. (2015, Febrero 24). Silvina Ocampo: La furia: Lecturas y Análisis. Blogs.ubc.ca; Lecturas y Análisis.
  • Romera Rozas, R. (1997). Aspectos ésotericos en La Furia y otros cuentos de Silvina Ocampo. America, 17(1), 309–318. https://doi.org/10.3406/ameri.1997.2009
  • Wikipedia. (2020, Abril 19). La furia (libro). Wikipedia.

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