‘‘Orphan: First Kill’’. ¿Una comedia negra?

Basada en hechos reales…

 

Fue en República Checa. ¿Año? 2007. Hipopituitarismo. Barbora Skrlová, una mujer de 33 años con un historial psiquiátrico considerable, utilizaba ese trastorno glandular para hacerse pasar por una niña pequeña y así poder sacar provecho de aquellos que buscaban ayudarla.

 

Las hermanas Klara y Katherina Mauerová fueron de sus primeras víctimas. Una de ellas tenía dos hijos pequeños y estaba recién separada, viviendo con la otra. De una forma u otra, Klara terminó adoptando a esa ‘‘niña indefensa’’ quien, a través de diversas manipulaciones, el carisma y poder de convencimiento provenientes de su psicopatía, logró rendir a ambas mujeres a sus pies a tal grado que los dos hijos pequeños de Klara terminaron encerrados y torturados en jaulas e inclusive siendo víctimas de actos caníbales. A través de las mismas manipulaciones y mentiras, Barbora logró escapar de la justicia al hacerse pasar por una víctima más de las hermanas.

Fue en Noruega, con pelo corto y kilos de más, que tras las sospechas en la escuela a la que asistía con la identidad de ‘‘Adam’’, fue perseguida y finalmente atrapada, enjuiciada y condenada a cinco años de prisión por los crímenes contra la familia Mauerová; sin embargo, en 2011 quedó en libertad. El día de hoy se desconoce su paradero.

 

Hay algo malo con Esther…

 

‘‘Orphan’’ (‘‘La huérfana’’, en México) es una película de terror del 2009 dirigida por el español Jaume Collet-Serra y producida, entre otros, por Leonardo DiCaprio. El guion de David Leslie Johnson y Alex Mace está basado en los sucesos relacionados con Barbora Skrlová, adaptando su historia a los Estados Unidos en una familia que, tras la pérdida de uno de sus hijos, busca llenar ese vacío adoptando a una pequeña niña extranjera que es tan talentosa y carismática, como misteriosa y peligrosa.

La película contó con el tremendo protagónico de una maravillosa Isabelle Fuhrman, de tan sólo 12 años, dando vida a la inquietante Esther. Acompañándola estaban la ahora histórica del género Vera Farmiga -antes de su incursión en el Universo de los Warren- y Peter Sarsgaard como sus atormentados padres adoptivos; otra maravillosa actriz infantil llamada Aryana Engineer como la pequeña Max y Jimmy Bennett como Daniel, completaban la familia Coleman como sus hermanos adoptivos.

 

Con un muy destacable estilo visual, digno de lo que los ojos españoles nos han dejado ver en el cine de terror de su país en los últimos años, es que la película logra planos, escenas y secuencias llenos de tensión que mantienen al espectador al borde de su asiento desde que comienza hasta ese sorprendente final que, en mi opinión, podría ser considerado uno de los grandes momentos del cine de terror sin problema alguno.

Si bien la película no ha sido de una trascendencia explosiva o tan comercial, su impecabilidad en la realización y ese impactante giro de tuerca la han hecho envejecer como un muy buen vino, manteniéndose latente en la referencia colectiva… tanto así, que este año Esther regresa en la precuela titulada…

 

El origen…

 

‘‘Orphan: First Kill’’ (‘‘La huérfana: el origen’’, en México), que nos lleva de regreso al 2007 y un tanto a los hechos reales que dieron origen a esta ficción. Ahora la historia comienza en el Instituto Saarne, en Estonia, cuya residente más peligrosa es una mujer llamada Leena (nuevamente, la gran Isabelle Fuhrman) de 31 años de edad, pero de aproximadamente 10 en apariencia. Mujer que ha aprovechado su trastorno glandular para cometer crímenes y seducir hábilmente a aquellos tan trastornados como ella y que, en conjunto con un inteligentísimo condicionamiento pavloviano a una de sus compañeras, la ayudaran a escapar del hospital psiquiátrico para convertirse en Esther, la hija desaparecida de una acomodada familia estadounidense (Julia Stiles, Rossif Sutherland y Matthew Finlan), y a través de la cual podrá escapar de sus crímenes en Europa… aunque esto también es en apariencia.

La película dirigida esta vez por William Brent Bell y con un guion de David Coggeshall, cuenta con un inicio sólido que continua muy bien con la estela dejada por su antecesora. Principalmente, respetando la pulcritud de su estilo visual con una construcción efectiva de tensión y suspenso nuevamente a través de los movimientos de cámara y un evidente trabajo de fotografía cuidadosamente estructurado, el cual deja ver destellos tanto de los elementos más básicos del terror como de ligeros guiños al estilo de Polanski en el género. Igualmente, echa mano una vez más de la iluminación -en este caso predominantemente neon- para enmarcar los [posibles] cambios de expresión en Esther que hacen eco de aquella maravillosa escena de la pequeña niña sonriente caminando hacia las sombras de un hospital para salir de ellas con una mirada asesina determinante en la primera película.

 

Asimismo, gracias a la combinación de efectos prácticos con maquillaje y lo previamente mencionado, el rejuvenecimiento de Isabelle Fuhrman -que si bien ya no tiene la misma cara de niña pequeña- resulta convincente a la par del buen trabajo de la actriz de ahora 25 años, quien ha adquirido la experiencia que desde la primera película parecía tener. Incluso, el guionista supo aprovechar su apariencia para alimentar la sospecha de su identidad dentro de la historia.

La gran incógnita con esta precuela era, si ya nos habían contado el origen de Esther anteriormente, ¿con qué nos podrían sorprender? Pues en esta ocasión se vuelve a recurrir a la misma fórmula del plot twist que nos dejó helados en el 2009 y con la que esta nueva entrega adquiere tintes de comedia negra, incluso con vistazos políticos, al ver a nuestra villana padecer el cambio de victimaria a victima y convirtiéndose en una especie de antiheroína.

 

Para muchos, ‘‘Orphan: First Kill’’ podrá haberse convertido en una extraña combinación de ‘‘Mommie Dearest’’ (1981) y ‘‘Changeling’’ (2008), que encumbra lo camp y nos entrega un momentazo al ritmo de ‘‘Maniac’’ de Michael Sembello, de esos que convierten a las escenas en ‘‘icónicas’’, así como sucedió con la impactante revelación de su antecesora, pero yéndose por un camino completamente diferente.

 

Sin embargo, en el tercer acto el tren se descarrilla y cae en picada estrepitosamente, echando abajo el trabajo tanto visual como narrativo cimentado a lo largo de la película. El humor negro, que sí vuelve muy divertida a la película en el segundo acto, al final cae en lo ridículo haciendo que la historia pierda la verosimilitud, que de por sí está pendiendo de un hilo todo el tiempo, construida por la tremenda habilidad del personaje principal. Los efectos prácticos que elevan el valor de la cinta y ayudan tanto al trabajo visual, son opacados por efectos especiales saturados y poco pulidos que también merman la credibilidad de la historia concluyendo en resoluciones apresuradas que se limitan a la lucha de dos mujeres por un hombre, dejando al espectador con un sabor de boca agridulce.

¿Divertida? Sí, ¿Entretenida? Mucho, ¿Necesaria? Para nada, ¿Está a la altura de la primera? En lo absoluto, sobre todo a nivel actoral, exceptuando a Fuhrman, queda muy por debajo del trabajo visto 13 años atrás. ‘‘Orphan’ (2009) me sigue pareciendo una de las películas más valiosas del género en los últimos años. Isabelle Fuhrman también me parece uno de los grandes descubrimientos actorales que se han tenido en el nuevo milenio, cargando con toda una película (ahora dos) a su nombre y saliendo más que victoriosa, ¡qué talento de actriz!, talento que ojalá fuera más aprovechado. Por un lado, me hubiera gustado que se mantuviera como una de esas joyas intocables que tanto nos gusta venerar, una especie de ‘‘obra única’’, sin embargo, es ahora su precuela un gran ejemplo de que un mal final te puede echar abajo un trabajo considerable y ser el juicio determinante para »calificar» una película, pero aun así, el buen rato que hace pasar es innegable. Ya está en cines.

 

 

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