Lo oculto del cine de culto…

Para poder entender qué es el cine de culto, es necesario primero conocer las definiciones del cine serie B y del cine gore. 

Cine serie B: Son todas aquellas películas que cuentan con bajo presupuesto y sin ningún tipo de pretensión en cuanto a taquilla, calidad, premios o reconocimiento de la crítica. 

Cine gore: Tipo de films centrados en la fragilidad del cuerpo humano, que, por medio de efectos especiales y maquillaje, muestran de forma visceral y exagerada todo de tipo de mutilaciones con sangre a borbotones. 

Dicho lo anterior, se puede definir al cine de culto como todos aquellos films de Serie B que consiguen mucho éxito y una audiencia que jamás se esperaba. Atrapan seguidores gracias a que muchas de sus carencias en la trama, las actuaciones o la producción, se convierten en sus mejores virtudes. Varias de estas películas, utilizan el “gore” como herramienta para sus abigarradas tramas. Así, se vuelven películas de culto. 

Pero ¿por qué este tipo de cine goza de tantos seguidores? Las respuestas se multiplican: tal vez debido a lo exagerado, original y descabellado de algunas historias; puede que también sea el mal gusto con el que muchas de ellas son filmadas. 

Quizá sea la atmósfera extraña y oscura que rodea al cine de culto, con temas tan variados como ovnis, zombies, vampiros, fenómenos y raras obsesiones; también puede que su éxito se deba a lo inteligente y original de los diálogos, o los finales bizarros y absurdos de esas cintas. 

Mal Gusto (1987) Dir. Peter Jackson. 

Sí, el mismo director de la saga de “El Señor de los Anillos” se iniciaba dirigiendo esta singular película en donde unos extraterrestres llegan a la tierra con la firme intención de saborear el dulce sabor de la carne humana. Un cómico grupo de héroes buscará salvar al planeta de tan inusual situación. Sangre por todos lados y un final memorable.

El Despertar del Diablo (1984) Dir. Sam Raimi. 

Basada en una investigación real de su director sobre el Libro de los Muertos, esta cinta fue ignorada en Estados Unidos en su estreno, pero cautivó a toda Europa gracias al manejo veloz de una macabra cámara y al gore sin límites. Los efectos especiales, aun y con todas sus carencias, consiguen inyectar en el espectador un terror que pocas veces se consigue. Raimi es también el director de Spiderman y sus dos secuelas.

Cabeza Borradora (1977) Dir. David Lynch. 

Lynch es el director de culto por excelencia. Casi todos sus films son considerados de culto debido al extraño y original manejo del surrealismo en la pantalla. Sin embargo, “Eraserhead”, su ópera prima, es la más importante gracias a lo oscuro y bizarro de la trama. Una pareja procrea un extraño ser mitad monstruo, mitad producto de la frustración que experimentan. Alucinante, extraña y prácticamente indescifrable.

Blow Up (1967) Dir. Michelangelo Antonioni. 

El mejor ejemplo de cine de arte hecho culto. Cinta ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1967. La cámara de Antonioni pasea al espectador primero hacia la reflexión sobre los seres humanos, después lo sumerge en un suspenso absoluto para terminar en una compleja alucinación al más puro estilo de los años sesenta. Imprescindible.

Freaks (1932) Dir. Tod Browning.

Maravillosa película que describe una bizarra y enferma historia de amor llena de metáforas oscuras y un final pesimista y mortal como ninguno. Actuada por personas con deformidades reales, todos y cada uno de los encuadres son dignos de recordarse, pues son filmados de forma hermosa, contrastando con lo extraño de los personajes.

Repulsión (1965) Dir. Roman Polanski. 

Una hermosa Catherine Deneuve nos lleva de la mano a lo más profundo de un drama-terror-psicológico en un barroco y bello blanco y negro. Polanski, fiel a su estilo, disecciona los demonios internos de la psique humana que resultan incluso más atemorizantes que cualquier monstruo o ser del más allá. Una pequeña obra de arte.

*Nota. Mención aparte merecen las conocidas películas de luchadores mexicanos: El Santo, Blue Demon, etc. Mientras en nuestro país son sólo consideradas como cintas menores, en Europa (principalmente en Francia) son catalogadas como verdaderas obras de arte del surrealismo cinematográfico, gracias a lo exagerado de las situaciones y a lo absurdo de los personajes. Cine de culto, finalmente.