«La chica salvaje» y los cansados estereotipos de la male gaze

Hace poco vi la serie Normal Peoplebasada en la novela de Sally Rooney. Esta producción de 12 episodios cuenta la historia de Marianne Sheridan y Connell Waldron. Fue aquí que quedé fascinada con la interpretación de Daisy Edgar-Jones. Además, quedé interesada por su carrera después de su participación en el thriller Fresh, en donde compartió pantalla con el mismísimo soldado del invierno, Sebastian Stan.

Fue por esto que cuando se anunció que protagonizaría la adaptación a la pantalla grande de Where the Crawdads Sing (La chica salvaje) decidí que tenía que verla, aunque no tenía idea de lo que trataba la obra original de Delia Owens. ¿Otra adaptación de una novela escrita por una mujer con Daisy Edgar-Jones en el cast? No me lo podía perder. Así pues, aproveché los descuentos por el día de La Fiesta del Cine y me fui a checarla y, bueno, digamos que está muy lejos de compararse a la calidad narrativa de Normal People.

Mi intención no es comparar ambas obras, ya que no sería justo ni fructífero. No obstante, creo que es importante mencionar esto para aclarar que lo que esperaba de esta adaptación era ver a Daisy interpretar a otra personaje femenina compleja en un romance con muchos matices. En contraste, lo que hace La chica salvaje es perpetuar estereotipos anticuados y dañinos mediante su uso de la famosa mirada masculina o male gazeespecíficamente el de la mujer ingenua.

La chica salvaje = La mujer ingenua

La mujer ingenua es aquella personaje femenina cuyas características principales son su belleza e inocencia. Por esto, usualmente la vemos como el interés amoroso de un hombre, el cual sólo busca protegerla y ayudarla a navegar un mundo que está más allá de su comprensión. Así es como lo vemos en La chica salvaje. Aquí, la protagonista, Kya, es una joven que fue abandonada por toda su familia cuando apenas era una niña. En consecuencia, tuvo que aprender a sobrevivir por su propia cuenta en el pantanoso paisaje de la marisma, alejada del resto del pueblo, quien la desprecia a causa de sus carencias y diferencias.

Es allí donde conoce a su primera pareja, Tate. Él le enseña a leer y escribir y comparte su pasión por las aves y la naturaleza. Se rehúsa a tener sexo con ella para protegerla, ya que «será peor para ella que para él». Pero, eventualmente, la abandona a cambio de seguir sus aspiraciones personales para ir a la universidad y salir de su pueblo natal. Después de superar esta decepción amorosa, Kya conoce a Chase, quien se involucra con ella en secreto de su familia y le promete casarse con ella.

Al regreso de Tate, este le advierte a Kya que su nueva pareja no es buena para ella y, como profecía, después descubrimos que él ya estaba comprometido. He aquí otra característica fundamental de la chica ingenua: no sabe distinguir a aquellos miembros del sexo opuesto que no son buenos para ella, por lo que, generalmente, termina siendo agraviada y rescatada por otro hombre que «sí es bueno». De este modo, cuando Kya decide alejarse de Chase, este abusa sexualmente de ella.

El abuso sexual como recurso narrativo

Este suceso es el catalizador de lo que vemos a lo largo de la cinta, cuya estructura narrativa consiste en su mayor acierto. La chica salvaje comienza cuando la policía encuentra el cadáver de Chase y capturan a Kya como la principal sospechosa. En consecuencia, es encarcelada y debe recurrir a la caridad de un abogado que se interesa por su caso. Así, mientras vemos los eventos del juicio, somos transportados a flashbacks que cuentan la historia de la protagonista desde su infancia. En uno de estos, amenaza a Chase de matarlo si este la vuelve a molestar.

La intriga continúa hasta que es declarada inocente por el jurado. Sin embargo, al final, descubrimos que en efecto fue ella quien lo hizo cuando, después de morir, Tate, con quien eventualmente se casó, descubre un pedazo de evidencia. Es así que considero que La chica salvaje peca, como muchas otras películas, de explotar la violencia hacia la mujer en pantalla. La escena de abuso sexual se presenta de forma gráfica y brutal, pero el asesinato del perpetrador sucede fuera de cámara.

Si consideramos prescindible para el desarrollo de la trama esa demostración de violencia, ¿era necesario ver la violación de Kya? Muchas cintas utilizan estos sucesos para justificar actos futuros, en este caso, el asesinato. No obstante, la cinta no ofrece ninguna catarsis al presentar el giro final de forma indirecta y hasta los últimos minutos. Parece querer subvertir el estereotipo de la mujer ingenua al hacer que la protagonista haya tomado su venganza por cuenta propia. Pero, como no lo muestra, lo perpetúa cuando parece querer decirnos que es preferible ver a una mujer siendo violada, que violenta.

La mirada masculina ataca de nuevo

Otra cosa que noté sobre La chica salvaje es que su protagonista pasa la mayoría del tiempo siendo definida por sus relaciones con los hombres en su vida. Lo único que se explora de su personaje es su tortuosa relación con su padre y sus vínculos afectivos con sus intereses amorosos. Hay referencias implícitas del trauma que le dejó el abandono de su familia, pero el enfoque principal son sus lazos con los personajes masculinos. Por ello, aunque es la protagonista, es vista a través de su rol en la vida de los hombres que se encuentra.

De la misma manera, toda la película se encuentra aislada de otras mujeres. No tiene amigas, excepto por una mujer afroamericana que juega un rol de madre sustituta con la que comparte, de cierta forma, su otredad. Sin embargo, esta relación no se explora. Su final consiste en haberse casado con un hombre que la abandonó y que únicamente parecía ideal en comparación con su violador, como si eso fuera un gran mérito.

Una historia anticuada

Al salir de la función, le dije al amigo con el que fui que La chica salvaje es «la clase de película que hubiera ganado un Oscar en los 90». Es decir, está llena de estereotipos problemáticos y no profundiza en ninguno de sus temas para anteponer una narrativa cursi y superficial. Los hombres son protectores o desgraciados y la personaje femenina es hermosa, inocente y brilla por la manera en la que atrae al sexo apuesto. Lo cierto es que, en pleno 2022, no esperaba encontrarme con otra película de este tipo, pues, a pesar de que se acaba de estrenar, se siente terriblemente desactualizada y desfasada de la realidad.

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