‘‘The Black Phone’’, un siniestro cuento de fraternidad y amistad.

Después de un paso relativamente tropezado por el cine de superhéroes con ‘‘Dr. Strange’’, el director y guionista Scott Derrickson regresa al género que le ha dado casa desde hace ya varios años nuevamente haciendo equipo con Ethan Hawke para ahora adaptar el cuento de Joe Hill titulado ‘‘The Black Phone’’.

 

Siniestro.

 

En 2011, Derrickson estrenó la aclamada ‘‘Sinister’’ protagonizada por Ethan Hawke como un escritor y padre de familia necesitado de una nueva historia que lo sacara a él y a su familia de la quiebra, pero que también le regresara el éxito y la fama que le daría uno de sus libros pasados. Para hacerlo, opta por mudarse a la casa en la que previamente había sucedido un terrible asesinato y cuyo responsable, una deidad pagana devoradora de niños, se mantenía esperando en ese lugar por nuevas víctimas.

 

En ‘‘El Teléfono Negro’’ (título en español) Derrickson prescinde de un acechador con origen sobrenatural, pero vuelve a echar mano de esa figura amenazante que ataca a los niños, jugando así con uno de los miedos primarios más poderosos del público y que aparenta ser un pensamiento recurrente para él: la infancia y la vulnerabilidad que representa.

Por su parte, Joe Hill, hijo de Stephen King y Tabitha King, revitaliza esa línea del coming of age enfocado en esos grupos de niños que refuerzan vínculos con sus pares al verse obligados a dar el terrorífico paso a la adolescencia dentro de atmosferas complicadas debido a la violencia o elementos sobrenaturales que los rodean, y que fueron tan bien cimentadas y popularizadas por su padre en décadas pasadas.

 

Los Globos Negros.

 

En esta ocasión nos situamos en el Denver de 1979, en un ambiente en el que los protagonistas Finney (excelente Mason Thames) y su hermana Gwen (una muy expresiva Madeleine McGrow) son dos niños casi adolescentes que se desarrollan en un ambiente de violencia familiar y escolar en el que ‘‘The Texas Chainsaw Massacre’’ y el cine de terror causa conmoción entre la juventud. Esto los ha llevado a convertirse en niños resolutivos que, a pesar del temor, no se quedan inmóviles ante el miedo que les provocan las situaciones a las que se tienen que enfrentar y comienzan a nutrir la lealtad por aquellos que les dan una mano en momentos difíciles, como eslabones de una sociedad que busca rescatarse a sí misma.

A su localidad la aterroriza un tipo enmascarado apodado ‘‘The Grabber’’ (‘‘El Raptor’’) interpretado exquisitamente por Ethan Hawke, quien crea a un villano estilizado pero aterrado de mostrar su verdadero rostro y que obtiene placer no solo de secuestrar niños y mantenerlos cautivos en un viejo sótano, sino de la cantidad de dolor que pueda llegar a infringirles con sus juegos. En ese sótano se encuentra un teléfono negro que conecta con el limbo en el que se encuentran las víctimas pasadas del Raptor, y que tratarán de ayudar a Finney para poder escapar y darles paz a sus propias almas.

 

Tal como en ‘‘Sinister’’, Derrickson maneja a los fantasmas, nuevamente de niños, como partes naturales de nuestro ambiente que están en constante manifestación a pesar de no ser siempre visibles para el personaje principal pero sí para el espectador. Los fantasmas siempre están presentes a nuestro alrededor y, tal como le menciona uno de sus amigos más queridos a Finney, ellos nunca nos dejan. Traspasan juntos la barrera del tiempo y son capaces de guiar nuestras acciones como si fueran parte de nuestro pensamiento inconsciente.

Con evidentes y lógicas similitudes con historias como ‘‘It’’ y ‘‘Stand by me’’ de Stephen King, así como una magnifica secuencia que rememora aquella tensión vivida al ver a Clarice Sterling entrar a la casa de Buffalo Bill en ‘‘The Silence of the Lambs’’, esta no es una película que apele a la verosimilitud de sus resoluciones entre sueños infantiles a los que rebuscadamente acude la policía como ayuda ni a insights propiciados por cocaína, pero con un guion bien estructurado y muy buenas actuaciones, ‘‘El Teléfono Negro’’ mantiene perfectamente el suspenso desde sus evocativos créditos iniciales encontrando respiros en momentos conmovedores, hasta ese determinante diálogo final que la termina de convertir en un muy bien logrado coming of age que ya se encuentra en cartelera llamando impacientemente por nosotros. No la desaproveche, será una de las mejores llamadas que contestará en lo que va del año.

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