I don ́t want to sleep alone: La sordidez como generador de amor y deseo.

El director Tsai Ming-liang es probablemente uno de los artistas visuales que mejor maneja el encuadre cinematográfico. Cada plano parece sacado de una pintura por su belleza y simetría. Sabe perfectamente dónde colocar la cámara para conseguir la mejor perspectiva y usar el lenguaje del cine para mostrar los sentimientos de sus personajes.

̈I don ́t want to sleep alone ̈ es una propuesta contemplativa con un ritmo lento, sin prisas. Narra la travesía de Hsiao-Kang, un hombre que vaga por las calles de Kuala Lumpur y es golpeado por una banda de maleantes. Muy malherido, será auxiliado por un malayo llamado Rawang, quien lo llevará a su sórdida guarida.

Paralelamente, un joven en coma es asistido por su madre y una enfermera. De forma insólita, las historias se mezclan, revelando atracción y deseo sexual mientras una nube de gas tóxico inunda las calles de la ciudad.

Por medio de infinitos planos fijos, el director proveniente de Malasia le rinde un homenaje a la multiculturalidad de Kuala Lumpur, la capital. Aunque en el fondo, la esencia de la película es la naturaleza humana, la obsesión por el deseo carnal y el instinto de supervivencia.

Un colchón sucio y mohoso funcionará como metáfora conductora del curioso triángulo amoroso que nace en los lugares mas insospechados.

Es por medio de las largas secuencias que se nota el amor y devoción con los que Rawang cuida a Hsiao-Kang. Se siente atraído por él y dentro de la sórdida y sucia construcción abandonada en donde viven, hay tiempo para que nazca el amor, o por lo menos, el deseo carnal.

Resulta irónico que, en esta película de 2006, una epidemia de gas tóxico obligue a la población a usar improvisados cubre-bocas, pues como se escucha por la radio, en toda la ciudad están agotados. Es así como los personajes deambulan con sucias bolsas de plástico en la cara para evitar respirar el extraño gas.

Hoy en pleno 2021, la pandemia de Covid-19 ha hecho que el uso de cubre-bocas y el distanciamiento social no sean vistos como algo ajeno. Pero hace 15 años, dicho escenario era sugerido como un destino apocalíptico y prácticamente imposible de suceder. Que las mascarillas se agoten, es sólo una de las muchas similitudes que se encuentran en la película con la situación actual.

Tsai Ming-liang deja Taipéi, Taiwán, lugar donde regularmente rodaba sus trabajos, para traspasar la acción a su natal Malasia, concretamente en Kuala Lumpur, ciudad que el director conoce y explora, muestra y presume.

Interesante es la secuencia donde los personajes Hsiao-Kang y una joven enfermera intentan tener relaciones sexuales, mientras la tos los ahoga. La naturaleza humana es terca y Tsai Ming-liang lo plasma por medio de escenas insólitas, con personajes bizarros que están por llegar a su límite físico y mental.

Ya en el 2005, con ̈El sabor de la sandia ̈ el director malayo había demostrado la capacidad para abordar temas y situaciones que van del drama más crudo, pasando por el surrealismo y finalizando por la comedia de humor muy negro. Pero en ̈No quiero dormir solo ̈ hay un interés por el viaje introspectivo de los personajes, que navegan sin rumbo hacia un destino que no entienden, pero del que tampoco huyen.

Cada uno de los planos, parecen minuciosamente preparados por el director de fotografía Liao Pen-jung y el mismo Tsai Ming-liang, quien también tiene crédito en ese rubro para esta película. La plasticidad de las imágenes, evocan sentimientos como la soledad, el deseo, la maldad y por supuesto, el amor, que aunque extraño bajo la mirada de este director, no deja de ser un sentimiento puro.

Que hermoso es aquel plano, en el que uno de los personajes pesca dentro de la construcción abandonada, en una especie de agua estancada. Nunca la soledad había sido mejor plasmada en la pantalla grande.

El desenlace de ̈I don ́t want to sleep alone ̈ alcanza niveles poéticos, en donde los elementos mencionados anteriormente: el colchón, el agua y el triangulo amoroso, se fusionan para cerrar un relato fuera de todo lo común. Pero el final, como la película misma, no es para todo tipo de público.

Tsai Ming-liang es un realizador que se mueve mejor dentro del circuito de festivales, en donde además ha sido premiado. Este film, a la distancia, se siente vigente y poderoso visualmente.

Ficha técnica

Película: I don ́t want to sleep alone Director: Tsai Ming-liang
Año: 2006
País: Taiwán

Guion: Tsai Ming-liang

Fotografía: Liao Pen-jung

Editor: Sheng-Chang Chen

Productor: Vincent Wang

Actores:Kang-shen Lee,
Shiang-chyi Chen, Norman Atun.

Sinopsis: Un hombre vaga por las calles de Kuala Lumpur, cuando es golpeado por una banda de maleantes. Pronto es rescatado por otro hombre llamado Rawang, quien lo ayudará sin poder dejar de sentirse atraído por él. Paralelamente, un hombre en coma es cuidado por su madre y una enfermera. Súbitamente, ambas historias se encontrarán.

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