La apuesta de Noruega para el Oscar a mejor película internacional de este año es The worst person in the world (2021) del director Joachim Trier, una extraña mezcla de comedia romántica y drama interno que describe la historia de Julie (la maravillosa, Renate Reinsve), una mujer a punto de cumplir 30 años que atraviesa por un conflicto emocional respecto a qué ha hecho y qué quiere hacer con su vida. Presentada de forma casi literaria, con un prólogo, doce capítulos bien definidos y un epílogo, la película despliega toda una serie de elementos que ayudan a entender las decisiones que va tomando la protagonista, desde los alocados años de universidad, hasta la inevitable vida adulta y su necesaria (o no) estabilidad.
Y es que Julie cambia de carrera un par de veces y también de pareja, lo que la atormenta, pero también la estimula a seguir. Ella sabe que su vida es demasiado importante como para detenerse por mucho tiempo en situaciones que le inquietan; mientras que para otros personajes de la trama, la estabilidad y el destino son determinantes, Julie no sabe hacia dónde dirigir su existencia y el espectador tampoco se siente cómodo, pues la impredecible trama siempre se muestra sorpresiva. Con secuencias que no por poéticas y oníricas dejan de ser divertidas, el director Trier se encarga de dejar en claro que estamos ante un momento radical para la protagonista, donde se va liberando de todos sus miedos y prejuicios.
Nominada a la Palma de oro en el Festival de Cannes y ganadora del premio a mejor actriz, The worst person in the world se acerca al cine de Woody Allen y John Cassavetes en estética y profundidad narrativa: las conversaciones filmadas con maestría mantienen la tensión y el interés porque dentro de ellas hay riesgos que Julie tomará en las siguientes secuencias. Lo más interesante, es que pueden no ser las decisiones que la sociedad considera como las mejores, pero sí lo son para una mujer valiente que no tiene concesiones. El experimentado cinefotógrafo danés Kasper Tuxen, encierra en sus fotogramas todo el dramatismo y pasión que representa ser joven y paulatinamente, sin darse cuenta, convertirse en adulto. Los colores y los planos del filme se fusionan para representar todo un paseo multi sentimental que va de la alegría al miedo, de la rabia a la incertidumbre y del dolor al (literalmente) alucine psicotrópico.
The worst person in the world es el cierre de lo que Joachim Trier dio en llamar la trilogía Oslo, que se complementa con su ópera prima Reprise (2006) y Oslo, 31. August (2011). Si la primera es una intensa mirada a la amistad y la segunda un estudio sobre los demonios de la drogadicción, la tercera funciona como una esperanzadora y desinhibida crónica femenina con todos los retos y privilegios que conlleva ser mujer en la actualidad. Hay además, una intensión muy firme de analizar a la sociedad noruega abordando temas tan disímiles como las relaciones de pareja, la maternidad, la hipocresía social, el compromiso y la igualdad; sin embargo, es la universalidad de los tópicos lo que hacen trascendente a The worst person in the world, al punto de crear un grito generacional inaudito.
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