La Séptima Pantalla

On the rocks: Sofia Coppola y Bill Murray, entre Soho y West Village.

Caminar esas hermosas y pacíficas calles, entre Soho y West Village en Manhattan, equivale a sentirse dentro de un filme de Woody Allen, con los elegantes restaurantes, pequeños cafés y residencias clásicas que enmarcan la vida del Nueva York que fascina. Cuando un cineasta conoce el entorno que filma, los resultados estéticos son relevantes por que se destacan pequeños detalles que sólo puede conocer alguien que transita por su propio barrio. A Sofia Coppola le tomó siete películas poder rodar en su amado Nueva York, y no sólo eso, presenta una comedia con tintes autobiográficos que se desarrolla justo en el cuadrante donde ella vive.

On the Rocks (2020) cuenta la historia de Laura (Rashida Jones), una escritora con relativo éxito que se encuentra inquieta ante una posible infidelidad de su esposo Dean (Marlon Wayans), un empresario en ascenso que siempre está de viaje. El matrimonio tiene dos hijas pequeñas y juntos viven en un precioso loft en Wooster St, donde su tranquila vida transita entre el trabajo, la escuela y cenar en restaurantes de lujo. La duda carcone a Laura, quien apuesta a que es la asistente de su marido la causante del engaño. Así, entra a escena Felix (Bill Murray), el padre de la protagonista, un neoyorkino de la vieja escuela (experto en arte y casanova) que aconsejará a su hija sobre los pasos a seguir para desenmascarar la infidelidad que amenaza su vida marital.

La paternidad es un tema recurrente en la filmografía de Sofia Coppola, pero en On the Rocks lo es todo, porque la relación entre Laura/Felix es el soporte de la película; el detonante de las secuencias más graciosas del filme y el elemento autobiográfico imprescindible con el que la realizadora se sincera y se divierte. Porque las aventuras que viven padre e hija mientras investigan al supuesto esposo infiel, provocan que la cinta tome un giro hacia el cine de detectives, con una mezcla estética y narrativa de las películas de Wes Anderson y Woody Allen. La directora obliga a sus protagonistas a convivir en un recorrido hilarante, donde los consejos de Felix se tropiezan unos tras otros. Bill Murray vuelve a trabajar con Sofia Coppola después de aquella tremenda y melancólica Perdidos en Tokio (2003) (no hablaremos de ese horrible especial de navidad en Netflix), y el espectador no puede menos que sentir al fantasma de aquel éxito, fusionado ahora con el estilo depurado y honesto de Coppola.

Si en su ópera prima, Las vírgenes suicidas (1999), lo que movía la historia era la educación conservadora y la tragedia, cuatro años más tarde la evolución de Perdidos en Tokio, con su discurso sobre la soledad y el amor, le hicieron ganar un Oscar y avanzar en la creación de un estilo que estaba por explotar. El desparpajo visual de Marie Antoinette (2006), con la monarquía usando tenis converse en tonos pastel, le permitió a la directora ganarse el respeto de la crítica de forma sui generis; en Somewhere (2010) fue nuevamente la paternidad ausente y de súbita convivencia, los conceptos que desarrollaban una trama lírica y moderna. Vendrían The Bling Ring (2013) en un Los Ángeles radiante donde la obsesión por las celebridades lleva al crimen y la locura, y The Beguiled (2017), con un despampanante elenco, se acercaba nuevamente al cine histórico por medio de un drama erótico que funcionó como un remake de una película de 1971.

El despliegue artístico de la obra cinematográfica de Sofia Coppola, se manifiesta en lo ecléctico de los temas que le preocupan y en la estética minuciosa, demostrando que sabe dónde poner la cámara para conseguir emociones. On the Rocks fue filmada en las calles de Nueva York antes de la pandemia Covid19 que azota al mundo; cuando estrenó la película, muchos de los lugares estaban cerrados ante el encierro para evitar el contagio, por lo que la intención de la directora también era ofrecer su personal carta de amor a NYC, mostrando la ciudad que todos recuerdan, con la vida acelerada de sus aceras cosmopolitas. El romanticismo de la atmósfera que encierra Manhattan, vista en cientos de filmes clásicos, en On the Rocks aparece en la historia de amor de un matrimonio que como muchos engendra dudas, pero sale avante con el cariño y la atención que requiere un hogar.

Dice Coppola: “Espero que sea un Nueva York enraizado en la realidad para que la gente se identifique en él, añadiéndole la fantasía justa para elevarla un poco. Quise rodar en todos esos lugares que dan ese aire clásico de historia y romance de Nueva York”. Se trata del NYC con el que todos sueñan, el de la rutina del Upper East Side, Central Park y Soho. On the Rocks no será el mejor trabajo de la realizadora, pero sí es un eslabón más en su evolución. Es una honesta historia sobre cómo padres e hijos pueden conectar a pesar del tiempo y las cicatrices, es también una honesta mirada a la vida en pareja y sus inesperadas tribulaciones. Siempre será emociónate ver a la dupla Coppola/Murray desenvolverse en una trama cómica/dramática y más aun, es fácil imaginar que lo mejor está por venir en la filmografía de una de las directoras estadounidenses más importantes de los últimos años.

On the Rocks está disponible en Apple TV.