Luego de dirigir algunos cortometrajes y videos musicales con una estética muy particular, la directora Mimi Cave propone en su ópera prima Fresh (2022), un paralelismo entre las citas modernas y el mercado de carne. Una alegoría siniestra en plena era Tinder, que describe de forma violenta y divertida, los peligros a los que miles de personas se ven expuestas cada vez que deciden conocer a alguien por medio de una aplicación para el teléfono. Lo que comienza como una comedia romántica, de pronto gira al gore y al thriller de forma inesperada, apoyándose en el humor negro.
Noa (Daisy Edgar-Jones) es una joven que busca el amor por medio de una app de citas en línea. Harta de experiencias malas con tipos que no cumplen sus expectativas, un día conoce en el supermercado a Steve (Sebastian Stan), un hombre encantador que la termina seduciendo, para después drogarla y encerrarla en el sótano de su casa. Ahí, Steve le explica a Noa que no piensa matarla, lo que le interesa es vender su carne a un selecto grupo de comensales. Al pasar los días la chica se da cuenta que hay otras mujeres encerradas en el mismo lugar, a las que poco a poco les van quitando pedazos de su cuerpo. Aterrada, pero siempre más inteligente, Noa ejecutará un plan para poder escapar entera física y mentalmente de la pesadilla.
El horror de las primeras citas, con sus fachadas falsas y la tensión por querer agradar, se ha multiplicado en la actualidad gracias a las nuevas formas que la tecnología ofrece para interactuar socialmente. Esa angustia fue la que buscó resaltar la guionista Lauryn Kahn en Fresh, quien había estado interesada en escribir una historia de terror que atrajera tanto a los fans del género como a los que prefieren las comedias ligeras. Y es que, a pesar de su trama inquietante, el filme contiene secuencias que se han visto mil veces en películas románticas: la pareja protagonista baila en un par de ocasiones al ritmo de música alegre en lo que no podría ser más que el reflejo de un amor febril.
La química maquiavélica entre Daisy Edgar-Jones y Sebastian Stan, es el elemento que determina el encanto de Fresh, con variados close-up que destellan un romance retorcido que se convierte en una lucha por sobrevivir. El carisma de Stan y la belleza de Edgar-Jones, explota entre el romance, el gore y el terror de una historia que esconde en su trama la dominación y el consumo absurdo como temas secundarios. La seguridad detrás de la cámara de Mimi Cave, es latente al hilvanar una narrativa que combina diferentes géneros y consigue sorprender al espectador en los momentos cruciales, sin disimular las influencias de películas como Hostel (2005) de Eli Roth, American Psycho (2000) de Mary Harron y la literatura de Bret Easton Ellis.
El director de fotografía Pawel Pogorzelski, responsable también de Hereditary (2018) y Midsommar (2019) de Ari Aster, aporta la atmósfera opresiva por medio de una violenta paleta de color que se conjunta con una cámara incisiva y apretados primeros planos que resaltan la carga emocional de los personajes. En sus 114 minutos de duración, Fresh demuestra que es posible ir del romance al terror en el mismo metraje, mientras se elabora un profundo ejercicio al analizar la forma de conectar con otras personas en la actualidad. El verdadero pánico está en descubrir que justo en este momento, miles de hombres y mujeres buscan desde el teléfono un príncipe/princesa que bien puede ser un auténtico monstruo.
Producida por Adam Mckay, (director de Don’t Look Up de 2021) Fresh se estrenó en el Festival de Cine de Sundance en el mes de enero de 2022 y está disponible actualmente en la plataforma StarPlus.