Ahora que se avecina la segunda temporadade Fate: The Winx Saga, vale la pena recordar qué se hizo bien y qué se hizo mal. Quizás el nombre no les suena a muchos a menos que hayan crecido entre los años 90 y 2000; pero esta serie es, aparentemente, un remake de Club Winx (2004-actualidad), una serie animada italiana del estudio Rainbow creada por Iginio Straffi. Una serie dirigida a niñas y adolescentes sobre, vaya spoiler, un club de hadas que tienen diferentes aventuras por el mundo mágico, el humano y otros planetas. Básicamente es unir a Harry Potter con Star Trek, pero, curiosamente, es una fusión bastante efectiva.
Algunos han llamado a Straffi como el Disney italiano gracias a su aporte a la animación en Italia; aunque en mi opinión, su único parecido con Disney es la necesidad de conseguir dinero a toda costa. Así como la empresa del ratón explota a su gansa de huevos de oro hasta donde pueda, Straffi ha hecho lo mismo con su gansa, Winx en este caso, y su nueva relación con Netflix.
Winx, una cápsula de tiempo
Así como Space Jam (1996) y Power Rangers actualmente se consideran como una cápsula del tiempo de los años 90 y 2000, Club Winx entra en esa categoría; desde la moda hasta los arquetipos de personajes, además tomando en cuenta que en el 2000 comenzaba uno de los fenómenos juveniles más importantes: Harry Potter. Por lo que, si buscas algo que tenga “2000 vibes”, Club Winx es lo más 2000 que te puedes encontrar.
La sinopsis principal es la siguiente:
“Sigue el día a día de cinco hadas que empiezan a estudiar en Alfea, un internado en el que aprenderán a dominar sus poderes mágicos además de enfrentarse a problemas más terrenales como el amor, la rivalidad y unos monstruos que amenazan su existencia.”
Debido a su colorido estilo, reinvención de conceptos sobre las hadas y por supuesto, tramas maduras y merchandising, la serie es considerada de culto; inclusive contando con un parque temático en Italia, presencia en convenciones y redes sociales. Pero no todo ha sido arcoíris y dragones para el fenómeno Winx, ya que, poco a poco perdía su relevancia, a diferencia de otras franquicias como los Power Rangers.
Entonces, ¿qué le gusta a la chaviza? Riverdale y Sabrina tomaban trabajos coloridos y los volvieron turbios, con clichés adolescentes y tramas rebuscadas, al final generan mucha audiencia; incluso motivan a los espectadores a conocer la fuente original.
Pero, al final, su primera temporada recibió un 37% en Rotten Tomatoes, más bajo que Cenicienta (2021) con un 42% en Rotten Tomatoes; por lo tanto, si revisaron mi crítica sobre esta película, entenderán porque no es nada alentaron tener dicha calificación.
“Como se apoya en clichés tan trillados, rara vez sorprende, pero es que además es extraña de manera excesivamente convencional.”
– Caroline Framke en Variety.
La mala escritura
Desde que se anunció que la serie se estaba realizando alrededor del año 2018, los fanes en realidad se mostraban muy entusiasmados en redes sociales; no obstante, cuando Fate: The Winx Saga se estrenó en Netflix, el entusiasmo se volcó en rechazo en todos los fanes de hueso colorado y no tan fanes. Aunque, ¿a qué se debe?
Yo crecí viendo la serie, aunque no me considero una fiel seguidora, por lo que ver una adaptación de una serie tan peculiar me parecía interesante; inclusive la serie podría aprovechar mejorar aspectos de la personalidad de Bloom, pulir el discurso feminista, de sororidad y magia. Pero no.
La serie podrá tener algunos aciertos como incluir temas adultos como las drogas, orientaciones sexuales, autoestima y problemas familiares; sin embargo, sus errores más duros son la falta de amistad y sororidad entre las protagonistas. Pues se tratan entre todas como si fueran un nido de víboras la mayoría de las veces; vaya que se nota que el guion fue escrito por un hombre.
Vayamos por partes, por ejemplo, la nueva Bloom no tiene nuevos rasgos en contraparte con la original, de hecho, es una protagonista bastante promedio; seguidamente, la nueva Stella es completamente la antítesis de la Stella amable y extrovertida que todos los fanes adoraban. Después, están los personajes de Musa y Flora, ah no, Terra… Pero ya llegaré a ese punto.
Y las últimas dos integrantes siendo Aisha, la cual en la original es un hada fuerte que plasma el discurso de princesa fuerte actual, pero es cambiada a ser nada la niñera del grupo. Además, Tecna fue borrada de la historia. Por un lado, comprendo que es una historia de origen, pero que la amistad, principal tema de la original, se sienta tan superflua, es solo un clavo más en el ataúd.
El whitewashing
Curiosamente, Winx Club es muy querido por los fanes por tener un reparto inclusivo y el casting es realmente bueno; sin embargo, Fate: The Winx Saga encontró la manera de retroceder en lugar de avanzar en el concepto de inclusión.
Principalmente, la polémica se debió a que se le acusó de aplicar el whitewashing de Musa y Terra, quienes originalmente eran asiática y latina respectivamente; por lo que, ahora Musa y Terra son británicas. Pero, por si no sabes qué es el whitewashing, en resumidas cuentas, es sustituir un personaje originalmente de otra etnia o raza por una persona blanca, ya sean personajes históricos o ficticios.
Enfocándome más en Terra, a pesar de tener un nombre diferente, su personalidad y poderes de herbolaría son los mismos que su contraparte animada; por consiguiente, hace que la acusación del whitewashing sea más convincente, ya que el cambio de etnia no era necesario. Y al ser una serie “más moderna” que la original, se siente mal que eliminen etnias en lugar de agregarlas.
Aunque la actriz que la interpreta, Eliot Salt, señala que su personaje es diferente al de Flora, las similitudes que notan los fanes y que comprendo completamente, dan a entender que el whitewashing está presente, aunque no fuese del toco consciente.
Eso sí, dentro de los pocos momentos genuinos que hay de amistad entre las protagonistas son con Musa y Terra; las cuales, por sus personalidades opuestas y poderes chocan bastante, pero encuentran un punto de unión entre ellas, desarrollando una amistad muy sorora. A diferencia de Bloom y Stella que se la pasan peleando (muy al contrario de la original) y Aisha está más de relleno.
Una serie de hadas, sin alas
La serie se va al tipo de historia de Academia Mágica, por momentos, pareciera ser consciente de las fallas que tenía la original (porque sí, no es una serie perfecta) y trata de cambiar; no obstante, no hace nada más que eso, criticar, pero no modificar. De hecho, en muchas escenas hacen referencia a Harry Potter y otras sagas juveniles y se burlan de estas pero la serie hace lo mismo que critica.
Es más, de no ser por llevar la marca Winx, sería difícil considerarla con mejores ojos, ya que pareciera más cumplir una lista de saga juvenil; a parte, la serie a veces parece que fue escrita por un fan para su blog de fanfic o wattpad, aunque creo que los fanfics de este fandom son mucho más interesantes.
Durante los 6 capítulos, pude sentir ese aire de familiaridad con las historias y dinámicas entre personajes, pero no en el buen sentido; tenemos a una protagonista con familia adoptiva y poder misterioso que al final tiene un pasado impactante, claro, cómo si nunca lo hubiéramos visto antes; asimismo, cada protagonista se encuentra en una Casa o Facción según su personalidad y poderes y deben luchar con zombies peligrosos cuya debilidad es el poder de la protagonista…
A lo largo de la historia, hay otros personajes, como la bruja Beatrix y los profesores, así como otros personajes nuevos, pero no me enfoqué en ellos porque no tengo mucho que decir y la serie tampoco quiso hacerlo.
Lo que se espera de la segunda temporada
Hace poco se confirmó que saldrá la 2da temporada de Fate: The Winx Saga y los fanes que criticaron la primera temporada, esperan que esta segunda temporada enmendé los fallos de la primera. Como la inclusión de Flora, Tecna, mejor escritura para los personajes y la presencia de las alas llegarán como un “power-up” para las protagonistas. ¡Ah! Porque sí, es verdad, en la serie no hay alas ya que, aparentemente las perdieron y Bloom con su poder antiguo las ha despertado… Ya, y los fanes comen atole con el dedo, ajá.
Cabe recordar que esta serie sigue siendo una adaptación, por lo que si quieres una calca de la serie original, mejor mírate la serie; sin embargo, eso no justifica la mala escritura en las protagonistas y la falta de identidad más allá de la marca que la precede.
No es Dragon Ball: Evolution, pero se acerca
En resumen, considero que esta producción tenía potencial pero, al igual que las adolescentes que la confirman, no sabe lo que quiere ser; intenta ser “woke”, feminista y moderna pero en realidad tenemos una serie bastante plana.
Por lo tanto, aún tienen chance de recuperarse, ahora que ya los productores saben que los usuarios no se comen las cosas a cucharadas y que las series para mujeres merecen mejores planteamientos y entregas de lo que ellos creen. Así que, a la primera temporada de Fate: The Winx Saga, le faltó confianza en sí misma, en sus fanes y, por supuesto, polvo de hada.
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Referencias bibliográficas
- Albertini. (2021, Febrero 4). “Destino: La saga Winx”: Netflix reinventa a las hadas en una serie fantástica adolescente a la que le falta identidad. Espinof.
- Delgado, M. (2021, Enero 23). Crítica de Destino: La saga Winx, la adaptación en acción real de la saga de culto. Hobbyconsolas.
- García Herráez, S. (2021, Enero 28). “Destino: La saga Winx”, la serie que se debate entre críticas y aplausos. La Vanguardia.
- Olazabal, M. (2021, Enero 21). Crítica: “Destino: La saga Winx” es una serie de fantasía que no cuenta nada nuevo. Fuera de Series.
- Robaina, P. (2021, Enero 20). ▷ Crítica de “Destino: La saga Winx”: una mala adaptación. MEW Magazine.
1 comentario en «Fate: The Winx Saga; la adaptación que no sabe lo que quiere»