Beatriz y su esposo, un matrimonio de la tercera edad, pasan sus días medio aislados, medio aburridos, en el interior de una casona. Ella sale sólo para tomar clases de danzón; él sospecha que su esposa es infiel. Los recuerdos, la tensión y los celos crecen en una vorágine imparable, en donde el amor no deja de hacerse presente.
El último film del director Arturo Ripstein cumple en su objetivo de mostrar temas poco explorados en el cine: el deseo sexual y los celos en la tercera edad. Es con sus legendarios planos secuencia que Ripstein desnuda a sus personajes hasta la médula, llevándolos al límite de su propia psique. Son seres que se ignoran, se reclaman, pero que también se celan y muy a su manera, se aman innegablemente.
Justo es en la poderosa y valiente actuación de Silvia Pasquel, en donde recae la responsabilidad del sentido principal del filme. Sus reacciones y decisiones entre el desconcierto, el hartazgo y el cariño hacia las personas en su entorno, demuestran que con el paso del tiempo su personaje, Beatriz, se ha ido llenando de capas, cada vez más gruesas. En la recta final de la película, su esencia resurgirá en un viaje de no retorno.
Son muchos los puntos a resaltar en la que es quizá la mejor película de Arturo Ripstein en los últimos 20 años, no obstante, resaltan 3:
1._ El Guión de Paz Alicia Garciadiego despliega unos diálogos y secuencias de una belleza poética inigualable. El binomio Ripstein-Garciadiego puede no ser para todos los gustos, pero algo es cierto: nadie hace un cine igual al de ellos. La música de David Mansfield, merece toda una mención aparte.
2._ La fotografía de Alejandro Cantú, que revela en ese estilizado y elegante blanco y negro muchos recovecos no sólo de la vieja casona, sino también del alma de los personajes. Cada encuadre y sobre todo en los cuidadosos planos secuencia, la cámara de Cantú-Ripstein pasea al espectador entre sórdidos pasillos, baños, salones de baile y un jardín espectral en el que la cámara flota a través de la humedad y la oscuridad.
3._ Poco común en la filmografía del director, los finales felices no son una constante en su filmografía (basta recordar Principio y Fin o El Lugar sin Límites para comprobarlo), es quizá la primera vez en que la dupla Ripstein-Garciadiego ofrecen un final, sino feliz, por lo menos esperanzador. Un desenlace insospechado aunado a un humor negro, siempre latente en cada film de Ripstein, que aquí alcanza niveles altos entre la locura y el amor.
“El diablo entre las piernas” exige al espectador embarcarse en un viaje rasposo y húmedo; en donde los personajes, con sus contradicciones, reflejan el alma humana. Un viaje crudo y pausado, que no deja de ser divertido, que vale cada uno de sus 147 minutos.
«El diablo entre las piernas».
Director: Arturo Ripstein
Año: 2019
Idioma: Español
Género: Drama