«Lamb» de Valdimar Jóhannsson: superar la pérdida en el horror folk

La ópera prima del director Valdimar Jóhannsson, “Lamb” (2021), es una bizarra y contemplativa mirada al dolor que representa la pérdida de un ser amado y la crueldad hacia aquellas otras criaturas con las que el ser humano interactúa en el planeta. La película funciona en su manejo de un terror psicológico pausado, en medio de una atmósfera aislada donde los silencios son más importantes que las palabras.  

Quizá el nombre del director a primera vista no resulte muy conocido, pero tiene un trabajo destacado en el departamento de efectos especiales de films como “Rogue One: Una historia de Star Wars” (2016), “Transformers: La era de la extinción” (2014) y “Prometheus” (2012); su manejo del plano en “Lamb” es de una fuerza visual impecable, aislando a los personajes en los desolados (pero hermosos) paisajes de Islandia. 

 

Maria y Ingvar, interpretados por Noomi Rapace (la eterna Lisbeth Salander) y Hilmir Snær Guðnason, son una pareja que vive trabajando día a día en una apartada granja en la provincia islandesa. Se dedican a labrar sus tierras y tienen un criadero de ovejas. Ellos se están recuperando de la pérdida de su hija, fallecida en un terrible accidente. Desde el primer encuadre del film, sabemos de la llegada de un elemento perturbador e inquietante. Algo no es normal, ni anda bien.  

En uno de los tantos partos de las ovejas, la pareja recibe una cría mitad humana, mitad animal; vendrá entonces la incorporación del peculiar bebé a la vida de los protagonistas, ansiosos padres que ven aquí la esperanza de un nuevo comienzo. Ese utópico oasis de felicidad campirano se verá amenazado con la llegada de Pétur (Björn Hlynur Haraldsson), el problemático hermano de Ingvar. Además, la madre biológica del híbrido reclamará con una penetrante mirada la sustracción de su cría, provocando que las tomas donde aparece sean de una angustiante sensación de horror folklórico. 

El espectador estará ante una película extraña, donde las reglas se establecen para irse despedazando poco a poco, hasta una apoteosis ambigua y siniestra. La superación de una pérdida emocional y el trato despiadado hacía los animales, son el eje central de una relevante carta de presentación para el director Jóhannsson. “Lamb” tuvo un importante paso por festivales: en el Sitges-Catalonian International Film Festival ganó los premios de mejor película, actriz y director revelación; en el Cannes Film Festival se llevó el galardón a la originalidad en la sección “Un Certain Regard” y cosechó triunfos también en los European Film Awards y el Festival de cine de Atenas. 

La composición exquisita del guion, (lento al principio, aterrador y acelerado en el segundo acto) del propio Valdimar Jóhannsson y el islandés Sjón (conocido por su nominación al Oscar y Globo de oro por “Dancer in the Dark del año 2000), se fusiona con los hipnóticos planos del director de fotografía Eli Arenson para provocar una reflexión sobre lo que representa ser humano y las diferencias esenciales con los animales.  

La productora A24 se ha dedicado a crear y distribuir interesantes films de terror que han marcado el paso en el género desde hace ya varios años. “Lamb” resulta una experiencia catártica de la que hay que dejarse llevar, ser paciente, porque al final, la poca ternura presentada se volverá un espeluznante giro a las leyes de la naturaleza. Lo que más se agradece, es la originalidad de un film que consigue el objetivo de asustar mediante un ritmo que no lleva prisa, en una era llena de secuelas y remakes repetitivos hasta el hartazgo.

Llega a salas mexicanas el 30 de diciembre.

 

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