La guerra civil guatemalteca y el subsecuente genocidio Maya Ixil, sucedido entre 1981 y 1983, arrojó al mundo de los vivos tantos fantasmas como lo han hecho todos los conflictos armados que, abusivos del poder y las armas, matan y desaparecen personas que pierden el nombre y se convierten en un número.
La llorona, la más reciente película del cineasta guatemalteco Jayro Bustamante, aborda el tema del genocidio de forma inesperada, añadiendo elementos sobrenaturales y poéticos que generan una tensión tremenda, mientras el discurso se entretiene criticando la falta de justicia y la falsedad de los militares que alguna vez tuvieron y crearon cotos de poder.
Alma, una indígena Ixil guatemalteca, tiene que ver morir a sus hijos ahogados a manos de militares, porque es incapaz de entender las preguntas sobre la ubicación de la guerrilla que le hacen. El terror se engendra aquí. Tienen que pasar 30 años para que un ligero esbozo de justicia se asome; el flamante, pero viejo y enfermo, General Enrique Bustamante será puesto ante un tribunal que lo declara culpable. Sin embargo, volverá a su casa, en donde paranoico y desconfiado, sufrirá un calvario peor que el encierro.
Los fantasmas del pasado comienzan a llegar a la vida y a la mente del General, mientras su familia se empieza a preguntar qué tan bien conocen a ese individuo que en algún momento llegó a ser un importante militar en Guatemala. Ante el caos, los empleados domésticos deciden irse, sólo se quedarán los más fieles y arribará una peculiar y misteriosa joven que será el detonante de la acción, hasta un desenlace que roza la poética siniestra.
Jayro Bustamante cierra con este film su trilogía del desprecio, que engloba los 3 insultos más despectivos en Guatemala: indio, hueco y comunista. El director explica que “indio” es una discriminación sistematizada, en la que “da vergüenza ser quién eres”; mientras que “hueco” se refiere a los homosexuales y “comunista” a los enemigos del estado.
En 2015 presentó “Ixcanul”, una película que toma el tema indígena desde la perspectiva de una joven Maya Ixil reprimida, que descubre el mundo moderno cuando su embarazo se complica; en 2019 fue “Temblores”, sobre un hombre que lleva una vida común con esposa e hijos hasta que se enamora de Francisco; su familia decidirá ayudarlo a “curarse”.
Son 3 películas que presentan una mirada muy particular de la discriminación que existe en Guatemala, un país en el que la población es entre 70 y 80% indígena, y en el que desafortunadamente, la producción cinematográfica es muy reducida. La llorona tuvo un exitoso paso por festivales desde su estreno en el Festival de Venecia, en donde Bustamante obtuvo el premio al mejor director.
Pasó por el festival de Toronto, Berlín y San Sebastián; sendas nominaciones al Globo de Oro y Goya, cosechando en total 53 postulaciones y 23 premios por todo el mundo, nada mal para la primera película guatemalteca en despuntar por su estética inquietante y el increíble manejo del sonido envolvente, que consigue que el espectador se sienta igual de amenazado que los personajes: afuera de la casa, las protestas crecen de forma paulatina pero atemorizante, haciendo insoportable los gritos y el constante barullo de la gente que clama justicia.
La popular leyenda latinoamericana de la llorona, esa en donde una mujer de ropas blancas y cabello largo y negro, llora desconsolada por la muerte de sus hijos, es abordada por Jayro Bustamante desde el género del terror, pero de forma totalmente inesperada. La mezcla de elementos tan disímiles como horror y política, (o quizá no son tan diferentes, después de todo) sólo podría engendrar algo único, que bien podría llamarse terror político.
Porque el terror que este film entrega en sus últimos 20 minutos es asfixiante en la medida en la que se descubre que nada es lo que parece y que la culpa puede ser un tormento aún peor que un monstruo o un fantasma. La mezcla de crítica social y elementos sobrenaturales se siente en esta película como algo orgánico; asusta por lo terrorífico que se sabe de las dictaduras militares, despiadados abusos a gente inocente y miles de desaparecidos sin nombre. Con los años, los gobiernos pasan y las atrocidades se encarpetan; la justicia queda pendiente para tiempos remotos.
Son las actuaciones de María Mercedes Coroy como la atribulada madre que pierde a sus niños y Sabrina de la Hoz como Natalia, la hija del General genocida, las que con discretas miradas cargan el peso dramático del film, aunadas a la por momentos barroca y casi documental fotografía de Nicolás Wong. El uso del plano secuencia y la utilización de planos fijos, intensifican la personalidad de los personajes, que detestables o no, siguen siendo humanos.
El compromiso social de Jayro Bustamante no es sólo un recurso utilizado como motor de sus trabajos cinematográficos. En 2019 creó la Fundación Ixcanul, que tiene como misión usar al cine como herramienta de cambio social, apoyar a jóvenes cineastas guatemaltecos y llevar películas a poblaciones de bajos recursos.
“Los años te están acobardando”, “te prohíbo pensar eso”, “¿le puedo dejar el pelo largo?”, son algunas de las frases que los personajes escupen durante los 97 minutos de metraje de La llorona, frases que van hilando un arco argumental despiadado. No es un secreto que el General Enrique Malverde está basado en Efraín Ríos Montt, político y militar guatemalteco, también juzgado y exonerado, por cierto.
Al arranque del film, la juez que lleva el caso, enfrenta al general y le advierte: “decir la verdad, ayuda a sanar las heridas del pasado”. Pero Malverde, permanece impávido y se declara inocente. Sólo cuando es declarado culpable, comienza a tener un conveniente malestar respiratorio que lo salva de prisión. Lo que no sabe aún, es que el peor infierno, puede estar dentro de uno mismo.
La llorona (2019)
Director: Jayro Bustamante
Guion: Jayro Bustamante y Lisandro Sánchez
Fotografía: Nicolás Wong
Música original: Herminio Gutiérrez
Con: María Mercedes Coroy (Alma), Margarita Kénefic (Carmen), Sabrina de la Hoz (Natalia), Julio Díaz (Enrique), Juan Pablo Olyslager (Letona), Ayla-Elea Hurtado (Sara), María Telón (Valeriana).
Productor: La Casa de Producción, Les Films du Volcan
Distribuidora: Cine Caníbal
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